A pesar de todos los Gringashos y niños sicarios, el Poder Ejecutivo insiste en el error y alarga las condenas
Ayer, se introdujo una modificación al Código del Niño y adolescente en el que se establece que los mayores de 16 y menores de 18 años que sean encontrados culpables de asesinato, extorsión, violación, podrán ser condenados hasta por 10 años. ¿Cuál es la diferencia? El tiempo de la condena.
A Gringasho, el sicario más joven de la historia del Perú lo condenaron en el 2011 a seis años de internamiento en dos reformatorios y en Piedras Gordas por haber asesinado a diez personas. Su primera captura fue en el 2008, cuando tenía 13 años y se le acusó de haber asesinado a una mujer embarazada.
Alexander Pérez Gutiérrez, Gringasho, fue recluido en La Floresta, el reformatorio de Trujillo, pero se escapó al poco tiempo. Lo capturaron y lo internaron en Maranguita, se escapó y después de buscarlo por todas partes, lo capturaron nuevamente. En el 2013, lo volvieron a internar en Maranguita y casi a fines de ese año, lo trasladaron a Piedras Gordas porque ya había cumplido la mayoría de edad. De acuerdo a la condena que le dieron, Gringasho saldría en libertad en el 2017.
El tiempo de la condena no es un factor disuasivo

Ahora que el Poder Ejecutivo ha introducido esta modificación para arreglar las cosas en materia de seguridad ciudadana, uno se pregunta. ¿Habría actuado distinto Gringasho si la condena hubiera sido de 10 y no de 6 años?
“Igualito me da, si me muero hoy o mañana, igualito me da”
Esa fue la respuesta que dio Gringasho cuando lo capturaron en el 2013. Ni a él ni a los chicos de 13 y 15 años que el año pasado intentaron asesinar a una dirigenta de Polvos Azules, ni al chico de 15 años que le disparó a quemarropa al vicepresidente regional de Amazonas, el tiempo de la condena les importó.
La solución no consiste en alargar las penas hasta donde se pueda y olvidarse de los presos adolescentes. Cada cierto tiempo, cuando una nueva noticia de un sicario adolescente se conoce, el debate sobre si los menores de edad deben ir a la cárcel, reaparece. Roberto Chiabra, exministro de Defensa, se hizo una pregunta lógica en uno de esos tantas veces que los sicarios inundaban las portadas
"Qué pasa si mañana aparecen sicarios de 14 años, ¿vamos a seguir reduciendo la edad de inimputabilidad?"
Los reformatorios no reforman. Ni aquí ni en Brasil

El año 2012, los periodistas Adriana Irion y José Luis Costa de Zero Hora, publicaron un magnífico reportaje que mostró la ineficacia de los reformatorios para los niños y adolescentes delincuentes.
Ellos empezaron esta historia en el 2002, cuando 162 niños fueron enviados a un reformatorio en Puerto Alegre. Durante diez años, estos periodistas siguieron la vida de estos niños que habían ingresado. Al cabo de este tiempo, ellos descubrieron 135 de esos niños habían sido arrestados nuevamente bajo sospecha de cometer delitos; 114 habían sido condenados; 55 arrestados y 48 murieron. Solo dos, DOS de los 162 niños que en el 2002 habían pisado el reformatorio, se habían reformado.
El reportaje se llamó Meninos condenados y pueden verlo en este enlace.
¿Alguno de los que pensó que la solución era aumentar la condena hasta 10 años, se preguntó qué sucedió con los niños que entraron a un reformatorio en el Perú, en el 2005? ¿Qué fue de la vida de esos niños?, ¿están vivos, muertos o son compañeros de Gringasho y de los tantos y tantos delincuentes jóvenes que abundan en los penales del Perú?
Es cierto que estos adolescentes son sicarios y están dispuestos a todo, pero si la experiencia ya enseñó que las penas no funcionan, por qué nuestras autoridades habrían de reincidir en el error.
Escrito por
Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.