El panorama mundial se vuelve cada vez más complicado. Mientras que en Perú es muy probable que Keiko Fujimori - quien ya firmó un acta de compromiso con los mineros para eliminar el DL 1100 y eliminar todo lo hecho hasta ahora en materia de interdicción de la minería ilegal - gane la presidencia. En Estados Unidos, Donald Trump, uno de los candidatos más fuertes, ha prometido que de hacerse Presidente, eliminará el acuerdo de París, el acuerdo en materia ambiental más importante firmado en la historia.

Trump: Eliminar las regulaciones y explotar al máximo

Hasta ahora, Trump había evitado hablar mucho sobre la política energética que él pondría en marcha de ser electo. Sin embargo, hace dos días por fin desveló parte de su programa de gobierno en ese campo. El objetivo es de eliminar todas las regulaciones para explotar al máximo les recursos naturales del subsuelo americano y hacer de Estados Unidos un país independiente en el campo energético. En síntesis, Trump quiere hacer de la energía "materia de política extranjera y un objetivo estratégico"

"Es necesario, deshacerse de algunas regulaciones (...) el gobierno federal debe mantener su distancia del sector energético. Voy a anular el acuerdo de París en materia de cambio climático" 

Según él, las regulaciones acordadas en París para frenar el cambio climático van a terminar por "matar las oportunidades de trabajo y el comercio". Además, que 

Este acuerdo le da el control los burócratas extranjeros para que puedan decidir la manera y la cantidad de energía que podemos consumir en nuestro país. Esto es inadmisible. 

Revisar los acuerdos de Obama

Pero eso no es todo. Trump también propone revisar los acuerdos firmados por Barack Obama materia ambiental durante sus dos períodos de gobierno. Por ejemplo, ha hablado de resucitar el el proyecto del oleoducto Keystone XL que debía unir Canadá con el Golfo de México para la extracción de petróleo y que Obama rechazó por su impacto ambiental. 

Canadá es una de las grandes potencias energéticas y sus reservas de petróleo son las terceras a nivel mundial, después de las de Arabia Saudita y Venezuela, pero gran parte de esa riqueza aún no se ha extraído. Hasta el año 2010, Canadá seguía produciendo sólo poco más del 4% del crudo a nivel global, según estadísticas compiladas por BP.

El gran problema es que este crudo se encuentra en arenas bituminosas, también conocidas como tar sands o arenas de alquitrán  y extraerlo requiere un operativo que según sus críticos es altamente contaminante y dañino del medio ambiente.

Cuando Obama rechazó el proyecto Keystone XL, evidentemente, muchos grupos ambientalistas e indígenas celebraron la decisión porque implica la preservación medioambiental. Ahora, la propuesta de Donald Trump es la siguiente: 

"Quiero que se construya, pero quiero una parte de los beneficios. Así es como haremos a nuestro país rico de nuevo"

Es decir, más dinero para Estados Unidos pero menos calidad de vida no solo para Canadá o los países cercanos, sino para el mundo.

Pero no es solo en materia petrolífera. Trump también ha criticado las recientes medidas tomadas por la administración Obama respecto al carbón. 

Es una estupidez mantener esas medidas de regulación que cierran centenares de centrales de carbón e impiden la construcción de otras. 

La que se le viene al mundo.