Se han cumplido cinco años del inicio de la guerra en Siria y nada indica que el conflicto vaya a detenerse dentro de poco. Tanto la presencia de Estados Unidos como de Rusia no ha podido permitir que el Estado Islámico sea expulsado del territorio sirio y aunque esto suceda, aún quedan los grupos que están en contra del gobierno actual de Siria por considerarlo totalitario y opresivo. 

Las cifras que ha dejado el conflicto son espeluznantes: más de 270 mil personas han muerto, unos 13 mil niños, más de 177 hospitales destruidos productos de los bombardeos, 13 millones de sirios han detenido que dejar sus hogares, de los cuales 4 millones han decidido salir de su país para buscar refugio.

Pero de todas las ciudades asediadas, Alepo es uno de las más golpeadas. ¿Por qué? La ciudad está bajo bombardeo constante porque ahí se encuentran las fuerzas rebeldes que pelean contra el gobierno sirio. Sin embargo, los civiles no pueden salir porque Alepo también está sitiada. Es decir, solo les queda resistir o morir.

Las fotos impactantes de niños siendo las principales víctimas de los conflictos se han esparcido por el mundo entero ya que, según organismos internacionales, en Alepo la mitad de las víctimas son los niños.

"A menudo están jugando afuera y son menos predecibles. Ellos por instinto no pueden huir del peligro", explica la directora de cooperación de la organización benéfica War Child, Hannah Stoddard.

Cómo es el día a día en esta ciudad marcada por la muerte y el dolor

El diario Libération de Francia ha reunido varios testimonios de sirios que habitan en Alepo para darle un enfoque más humano a lo que pasa en esta ciudad y para evitar que su tragedia se pierda en las cifras frías que no reflejan la dimensión de lo que sucede en una guerra. Aquí recogemos las tres más impactantes.

1. "¿Morir de sed es mejor que morir en los bombardeos?"

Oum Ayham, madre de cuatro hijos. 

Cuando ayer me enteré que el principal reservorio de agua había sido bombardeado, me entró el pánico. Me puse a contar mis reservas de agua. Los tres recipientes y los dos cubos que tenía en la cocina podían servirme unos cinco días. Pero debo reducir aún más la cantidad de agua que utiliza en lavar.

Ni siquiera nos planteamos bañarnos durante una semana, al menos. Prefiero no imaginar que haremos cuando toda nuestra agua se termine. ¿Morir de sed es mejor que morir en los bombardeos?

2. Cada vez que salimos a la calle, nos despedimos de nuestra familia"

Bassem Khalife, habitante del barrio Bustan Al-Qasr. 

No sé qué más hacer para evitar la lluvia de bombardeos de los últimos días. Sin embargo, luego de tres años he aprendido a evitar los bombardeos aéreos, los snipers y las penurias. He sabido proteger a mis cuatro hijos y mis padres y asegurar sus necesidades básicas… Por ninguna razón hay que dejarse herir porque ni hay ambulancias y los hospitales están desbordados, si es que no han sido bombardeados ellos también.

Nosotros aún guardamos reservas de arroz, azúcar y lentejas de la semana de la tregua. Pero ahora tengo que volver a salir para buscar al menos un poco de agua y de gas para encender la cocina. Mi hijo mayor de 14 años suele acompañarme. Cada vez que salimos a la calle, nos despedimos de nuestra familia. Felizmente, hasta ahora hemos podido volver juntos, sanos y salvos.

3. “Dejar de morir algunos enfermos para salvar a otros"

Ahmad, ayudante en un hospital de campaña.

Los cuatro hospitales que todavía funcionan están totalmente desbordados por el número de heridos. No cesan de venir luego de los bombardeos. A pesar de la falta de personal como de personal médico, intentamos enfrentar esta realidad.

Tenemos un gran problema de falta de oxígeno y apenas podemos asegurar las necesidades del 20% de pacientes que se encuentran en emergencias. Los médicos son obligados a desconectar todos los días los ventiladores de algunos enfermos para dárselos a otros que tienen más oportunidades de sobrevivir. Aquello ha provocado desde luego muchas muertes suplementarias.

Es un gran sufrimiento para el equipo de médicos aceptar que debemos dejar de morir algunos enfermos para salvar a otros.