#ElPerúQueQueremos

chungui. madre e hija. foto: la república

Ahora que reclamamos  memoria, ¿dónde están los 15 mil desaparecidos peruanos y por qué el Estado no los busca?

Publicado: 2015-09-28

En medio de la coyuntura de la liberación de Peter Cárdenas ha surgido un súbito deseo de memoria, de preguntarse si los chicos nacidos después del 2000 saben quiénes fueron los terroristas más siniestros o los políticos más corruptos. 

Sin embargo, lo que no nos preguntamos es por qué nadie busca a los 15 mil peruanos desaparecidos entre 1980 y el 2000 víctimas del conflicto armado interno, de los grupos subversivos y del Ejército. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el 44% de las muertes cometidas durante este período habría sido obra de organismos del estado y el 37% obra de la organización subersiva Sendero Luminoso

Hay más de 6 mil fosas con restos humanos pero el Estado no hace nada 

foto: inforegión


Según el Ministerio Público y el Registro Único de Víctimas, existen 6 462 fosas comunes con lo que queda de los peruanos que fueron asesinados ya sea por los terroristas o por grupos del Ejército. Estas fosas están llenas de restos humanos, de personas que esperan ser reconocidas y entregadas a sus familiares que hace 30 años se despiertan, comen y se acuestan pensando dónde estará aquel familiar suyo que desapareció hace tanto tiempo.

¿Por qué no se abren estas fosas comunes y se identifican los restos que quedan? Porque en la mayoría de casos se depende de una denuncia previa, es decir, el Estado investiga, busca y desentierra cuando hay un acusado y un proceso judicial en marcha. En muchos casos, los asesinatos fueron cometidos por militares que usaban alias o por tropas que no eran identificables. 

El 85% de las denuncias por desaparición se encuentran en proceso de investigación preliminar y , treinta años después, muchos de los testigos de estas matanzas también están muriendo y se corre el riesgo de que estos cuerpos queden en el anonimato por siempre.

Solo se han encontrado 3  mil restos humanos

60 cuerpos fueron entregados en ayacucho en el 2006. foto: andina


De acuerdo a las cifras del Movimiento Para que no se repita, el Estado solo ha recuperado 3,202 cuerpos y solo se ha identificado a 1833 de ellos. De estos, en doce años, 1644 restos han sido entregados a sus familiares para que por fin los entierren, los lloren, para que descansen en paz. En realidad, para que muertos y familiares descansen en paz.

Para los familiares de un desaparecido, la herida es mucho mayor porque el círculo de la búsqueda jamás se cierra, porque las preguntas nunca tienen respuesta, porque queda la esperanza de que tal vez, quién sabe, a lo mejor, esa persona que desapareció aún sigue con vida.  Quedan, por los menos, 12 mil familias que se hacen esa misma pregunta cada día del año. 

Podrían ser hasta 18 mil desaparecidos

ropa encontrada en una fosa común en el cuartel los cabitos foto: correo


El grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre desapariciones forzadas fue categórico respecto al trabajo que ha hecho el Estado peruano. Dijo que no se tiene una cifra exacta de los desaparecidos, no tiene un plan nacional de búsqueda de estos desaparecidos y tampoco cuenta con un mapa nacional de fosas de los muertos víctimas del conflicto armado interno entre 1980 y el 2000. Ellos también estimaron que el número de desaparecidos podría llegar hasta 18 mil.

O sea, treinta años después de un derramamiento de sangre como el que vivimos y con víctimas que aún esperan justicia, los gobiernos que hemos tenido no se han preocupado en lo absoluto por  buscarlos. ¿Por qué?, quién sabe, tal vez porque la mayor cantidad de desaparecidos se encuentra en la Sierra y no en Lima. Muchas veces, cuando se quiere evidenciar lo que hizo el terrorismo en el Perú se habla solo de Tarata y, de alguna manera se olvida o posterga, la insania que se vivió los otros departamentos del Perú.

Actualmente, hay un proyecto de ley impulsado por la Defensoría del Pueblo para buscar a todos los desaparecidos.





Escrito por

Dánae Rivadeneyra

Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.


Publicado en