Ya que hoy nos hemos enterado que Svetlana Aleixievich es la nueva ganadora del Premio Nobel de Literatura, queremos seguir con estas historias que inspiran, sobre todo porque se desarrollan un contexto completamente adverso. 

Esta es la historia de un grupo de jóvenes sirios que sin poder continuar con los cursos de la universidad por la guerra, optó por crear una biblioteca escondida para salvar a los libros de la guerra y para olvidar los bombardeos y las muertes al menos por algunos momentos.

Según Les Observateurs, la cantidad de libros rescatados y llevados a esta nueva biblioteca ubicada en una cueva en los suburbios de Damasco, en la ciudad de Daraya, es cercana a los 11 mil ejemplares. 

La idea nació en el 2012 después de las matanzas efectuadas por el gobierno de Bashar al-Assad donde se asesinaron a más de 400 personas. Desde entonces los ciudadanos viven entre sombras, bombardeos y sangre, y la vida cultural ha quedado reducida a cero.

Fue entonces que Abu Malek, se unió un grupo de jóvenes que al igual que él había tenido que abandonar los estudios, la universidad y: 

"Tuvimos la idea de recuperar los libros que estaban bajo los escombros de casas demolidas. Hemos señalado también en qué casas fueron encontrados estos libros para así poder identificar a sus propietarios. Cuando termine la guerra, si los dueños lo solicitan, vamos a devolverles sus libros. También hemos recuperado libros que se salvaron de ser quemados en las bibliotecas y librerías de la ciudad. Es una manera de salvar nuestro patrimonio cultural. "

Según cuenta Abu Malek, en un inicio lo único que hacían era depositar los libros en la cueva, luego, poco a poco fueron construyendo la biblioteca y ahora los libros están ordenados alfabéticamente y por temas. "Tenemos obras árabes y   de la literatura extranjera, libros de filosofía y teología."

Estos jóvenes se han tomado muy en serio su papel como mediadores culturales y han encontrado en esta biblioteca una manera de salvarse ellos mismos del horror de la guerra que viven. Ellos han salvado a los libros, pero también han sido salvados.

Se pudo conocer de esta valiente y generosa iniciativa gracias a Humans of Syria, un colectivo de fotógrafos que ubicó a Abu Malek y difundió la historia.