#ElPerúQueQueremos

no se ha podido demostrar que el sol tenga influencia directa sobre el calentamiento global

Mentiras climáticas (1): Si crees que el Sol es el culpable del calentamiento global, tienes que leer este post

Publicado: 2015-10-28

Ya que nos acercamos al inicio de las negociaciones de la Conferencia de las Partes más importante del mundo sobre el cambio climático, COP 21, que se realizará en París, haremos un post semanal sobre las mentiras o medias verdades que se han dicho y repiten sobre el cambio climático, sus causas y consecuencias.

Una de las frases más escuchadas y repetidas también es que es el Sol el culpable o el causante del cambio climático en nuestro planeta. Se dice que a medida que él cambia y que sus rayos solares varían de intensidad, eso nos afecta y contribuye al calentamiento global. Después de siglos de estudio y de haber atribuido la responsabilidad al Sol, ahora se sabe que no existe relación comprobada entre uno y otro.

¿Cómo empezó el mito?

todo empezó con este señor llamado william herschel


Hace varios siglos, antes de nuestra independencia incluso, el astrónomo británico William Herschel empezó a observar el Sol y determinó que el número de manchas solares que se veían en la superficie tenía relación con los períodos de cosecha del trigo. La relación que él establecía era la siguiente: mientras más manchas solares hubiesen, menor sería la cantidad cosechada, y a la inversa. Mientras menos solares aparecieran, el trigo sería más abundante. Aunque poco rigurosa, esa fue la primera mención que se hizo a esta supuesta relación.

La cosmo climatología. Mientras el Sol se calienta, la Tierra se enfría


Muchos años después, en 1997, dos científicos, Eigil Friis-Christensen y Henrik Svensmark publicaron un artículo en el Diario de Física Atmosférica y Solar-Terrestres (JASTP). Su objetivo era evidenciar el "eslabón perdido" en la relación entre el Sol y el clima.

La relación entre el flujo de rayos cósmicos y la nubosidad debe ser considerada de importancia en la explicación de la correlación entre la duración del ciclo solar y la temperatura global que hemos encontrado

Según su teoría, mientras el Sol aumentaba su temperatura, aumentaban también el número de partículas cósmicas que emitía y que entraban a nuestra atmósfera. Estas partículas, según los dos científicos, tenían la propiedad de producir nubes que a su vez enfriaban y cambiaban los climas de determinadas zonas. O sea, mientras más caliente estaba el Sol, más fría se volvía la Tierra. Ahora resulta un argumento difícil de creer pero en su momento se volvió muy popular, sobre todo porque dio origen a la cosmo climatología, es decir, al estudio de la relación entre las partículas cósmicas y el clima.

Todo era falso: No existe relación entre el Sol y el calentamiento global

el Profesor Peter LAut fue quien desmintió  el estudio anterior. foto. ing.dk


Algunos años más tarde, el físico danés Peter Laut intentó reproducir el modelo seguido por los científicos anteriores y descubrió que existía un error en la muestra utilizada por ellos. Una vez subsanado ese error, la relación entre el clima y el Sol desaparecía.

Esto se lee en la introducción del trabajo de Peter Laut.

El único objetivo del presente análisis es llamar la atención sobre el hecho de que algunos de los estudios más ampliamente publicitados, no se encuentran reflejados en los datos físicos.

El estudio a partir del cual todas estas teorías habían nacido y que había sido citado más de 500 veces en estudios posteriores, era simplemente falsa.

Posteriormente, en el 2012, otro estudio publicado por el Journal of Space Weather and Space Climate, mostró que, a partir de un gran número de observaciones, no existía ningún vínculo concluyente entre la presencia de nubes y la intensidad de la emisión de partículas cósmicas.

Para algunos sigue siendo un tema de discusión sin embargo, la mayoría de estudios concluyen que el Sol es inocente y no tiene influencia alguna en el cambio climático.







Escrito por

Dánae Rivadeneyra

Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.


Publicado en