Ayer, Cuarto Poder emitió un reportaje en el que se exponía el caso de Alejandro y Armando, una pareja homosexual que compartió 26 años de vida y que acabó con la muerte de Alejandro. 

De haber sido una pareja 'normal' Alejandro habría sido reconocido como su viudo, y le habría tocado el 50% de los bienes obtenidos durante su matrimonio. Pero ese no era el caso y  ahora, a Armando no le tocaba más que los perfumes y un par de casacas que dejó Alejandro. Así lo dicen las leyes.

Y las leyes son así de injustas y de poco representativas porque los políticos que pudieron defenderlas no lo quisieron. Ayer, Julio Guzmán candidato a la presidencia de la República, dijo en Canal N que él no podía decir si estaba a favor o en contra del matrimonio homosexual porque su partido no lo aprobaba. 

La pregunta fue directa. ¿Está usted de acuerdo con la unión matrimonial de dos personas del mismo sexo? La respuesta fue esquiva.

Yo  tengo mi opinión privada y la voy a reservar en privada. Yo soy un líder y estoy construyendo una organización. La opinión del partido es que no. 

A estas alturas, cuando la mayoría de países del mundo han aceptado el matrimonio homosexual y la unión civil, resulta penoso que un candidato presidencial no pueda exponer sus pensamientos libremente respecto a este tema. Entendemos que Guzmán también debe estar en contra porque sería difícil que alguien encabece un partido con el que no comparte las mismas ideas. 

Es verdad que Perú es un país conservador y que defender a una minoría de 3 millones de personas no suene a una buena jugada política, pero son 3 millones de personas pidiendo, exigiendo que se le reconozcan sus derechos. El Estado tiene la obligación de reconocer y proteger a sus ciudadanos indiferentemente de la orientación sexual que ellos tengan.

Para que se hagan una idea, así nos vemos en el mundo.

En el mundo cada vez hay menos casos como el de Alejandro y Armando porque en la mayoría de países la justicia y los políticos protege a las parejas homosexuales. 

Ya que desde el Congreso no fue posible aceptar el proyecto de Unión Civil propuesto por Carlos Bruce, Armando el joven que con 21 años se enamoró de Alejandro y lo siguió y cuidó durante 26 años hasta que la muerte, literalmente los separó; interpondrá una acción ante el Poder Judicial para que se le reconozca su Unión de hecho 'a pesar de ser homosexual'. Él expondrá su caso, no como varón ni como mujer sino como ser humano y sujeto de derechos y a no ser discriminado. 

Lo que los políticos no han podido hacer por él y algunos no se atreven a decir abiertamente ante cámaras, Armando tratará de conseguirlo y si es posible, crear jurisprudencia como en el caso de otros países.