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Estamos hartos de votar por los mismos, pero el voto voluntario tampoco está funcionando

Publicado: 2015-11-13

A medida que se acercan las elecciones y las encuestas nos dicen que tendremos que elegir entre los mismos de siempre, crece el descontento y la sensación de no tener escapatoria. Votar por Keiko Fujimori es hacerlo por su padre. Aunque ella lo niegue, cada vez que intenta deslindar aparece Alberto Fujimori para darle la contra, como en la entrevista que dio a El Mercurio de Chile.

Luego, aparecen las encuestas y los mismos de siempre lideran la intención de voto, cada uno con un pasado que se aleja de lo que uno esperaría para Presidente del Perú. Aunque Alan García ha bajado al cuarto puesto, igual resulta increíble que un político con tantas investigaciones abiertas y cerradas desde 1985, siga en carrera.

Alan garcía y el clan corleone  en la misma página de corrupción de El comercio

Entonces, para muchos no ir a votar sería lo más consecuente con lo que uno piensa, no tener que verse obligado a elegir entre el menos malo y ejercer el derecho a un voto consciente e informado.  Sin embargo la cuestión es mucho más complicada.

Los problemas del voto voluntario en el mundo

Es una tendencia, la mayoría de ciudadanos no está contenta con los políticos que se repiten una y otra vez, y también se siente obligada a tener que elegir entre el peor y el menos malo. 

captura de video de facebook

En Francia a pesar de que el voto es voluntario - como en el 82% de los países de la OCDE - se están promoviendo campañas para romper la cédula de votación como una muestra de rechazo a los también políticos de siempre.

Que el voto sea voluntario no garantiza que la clase política mejore ni que sus propuestas lo hagan. Tampoco garantiza que los elegidos cumplan sus promesas.

Así las cosas, el problema del voto voluntario en países con Estados débiles y con una clase política tan desprestigiada como el Perú es que la asistencia a las urnas de votación probablemente no superaría el 50% como pasó en Chile y en Colombia en las últimas elecciones.

En Chile y Colombia ahora se discute volver al voto obligatorio


Los tres países con voto voluntario en América Latina son Colombia, Venezuela y recientemente, Chile. Sin embargo, tanto en ese país como en Colombia los resultados no han sido los esperados. 

El 58% del padrón electoral decidió abstenerse en los comicios realizados en noviembre de 2013, en los que ganó Michelle Bachelet.

En Colombia, en las últimas elecciones donde ganó Juan Manuel Santos, concurrió a votar solo el 47. 89% de las personas con derecho a hacerlo. En la primera vuelta había concurrido menos aún: el 40.07%.

Al Sur la situación es similar. De acuerdo a Infobae, Chile encabeza la lista de los 10 países del mundo con mayor abstención electoral a pesar de contar con voto voluntario.

El problema según explican los analistas, radica en que al no existir ningún tipo de obligación, los electores se desinteresan por la cuestión política entonces no existe una ciudadanía informada sino una ciudadanía harta de lo que se relacione con la política.

Países donde es obligatorio votar pero no hay castigo

Sorprendentemente, de acuerdo al ránking mostrado en Infobae, Perú es uno de los primeros países en el mundo donde la concurrencia a la elecciones es mayoritaria. El porcentaje de ausentismo en las elecciones es de 17.5%

Claro, lo cierto es que en Perú, si es uno no va a votar o no paga la multa, se encuentra impedido de realizar cualquier trámite. Desde tomar un avión hasta hacer un retiro en la ventanilla de un banco. En otros países como México, a pesar de que el voto es obligatorio, no existe ningún castigo y la asistencia de votantes es aceptable: 60%. Lo mismo sucede en Argentina, donde el voto es obligatorio pero las sanciones no se aplican.

El desencanto es una tendencia

portada de el mundo en 2011


Como les decíamos, el desagrado hacia la clase política es una tendencia no solo en América donde el caso extremo es Chile que pasó de un ausentismo electoral de 13,2% en 1964 a 58% en 2013. 

En Costa Rica, pasó de 18,6% en 1966 a 44,4% en 2014. En Brasil, de 11,9% en 1989 a 21,1% en 2014.

Similar panorama en Europa: En Alemania, de 13,2% a 28,5% entre 1965 y 2014. Y en Italia, de 7,1% a 24,8% entre 1963 y 2013.

Además, un problema que tendríamos que enfrentar de darse el voto voluntario es cómo controlar los ofrecimientos populistas de los candidatos, desde los 500 soles de Waldo Ríos hasta la comida repartida a cambio de un voto. Tal vez ya es hora de abrir el debate frente a este tema que para algunos tendría como resultado una elección mucho más informada y con políticos de mejor calidad.



Escrito por

Dánae Rivadeneyra

Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.


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