Todo sobre el terrorista belga que planeó los atentados del 13 de Noviembre, en París
Se llamaba Abdelhamid Abaaoud y nació en Anderlecht, el 8 de abril de 1987. Tenía 27 años. Era el hijo mayor de seis hermanos y tenía doble nacionalidad: belga y marroquí. Lo que demuestra que Daech recluta gente de todo el mundo, no solo sirios.
De acuerdo a su ficha penal, revelada por la Policía de Inteligencia de Bélgica, sus seudónimos eran Abou Omar en mayo, Abou Omar Soussi en julio de 2014, luego cambió a Abou Omar Al Balliki a partir de febrero del 2015.
En Belgica, Abdelhamid Abaaoud empezó a tener problemas con la justicia a partir del 2002 y sus ingresos y salidas a la prisión se multiplicaron desde el 2006 hasta el año 2012, "pero jamás por más de tres meses", según precisó la nota publicada por la Policía belga.
Su proceso de radicalización
De acuerdo a su papá, llamado a declarar en febrero de 2014, la radicalización de su hijo se dio muy rápido después de su salida del establecimiento penitenciario Forest, en el 2012. A partir de ese momento, él empezó a utilizar la barba y dejó de frecuentar a los amigos del barrio.
Pero fue a partir de febrero de 2014 que Abdelhamid Abaaoud fue considerado definitivamente por los servicios de inteligencia belgas como "moudjahid del Estado islámico", es decir de DAECH. Esto debido a su aparición en un video difundido por la cadena de televisión BFMTV donde él aparecía sonriente manejando una camioneta pick up donde se llevaba los cadáveres de cientos de 'infieles', de acuerdo a sus palabras.
Otra de las apariciones públicas de él se da en febrero de 2015 cuando los servicios belgas lo encuentran en una entrevista para la revista del estado islámico Dabiq.
En una de las fotos del artículo, los investigadores reconocieron a dos jóvenes sospechosos de haber cometido un atentado en suelo belga. Ellos serán abatidos en una intervención de la Policía belga en enero de 2015, muy poco tiempo después de los asesinatos de Charlie Hebdo y del supermercado Hyper Cacher.
Finalmente, su vida acabó el 18 de noviembre pasado. No es motivo de alegría en lo absoluto sino de una profunda consternación y de un intento de entender los motivos que lo impulsaron a cometer tantas barbaries en tan corto tiempo.
Escrito por
Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.