Hoy, en la Día de la Tierra, se espera que más de 155 países asistan a la reunión convocada por las Naciones Unidas en New York para firmar "el acuerdo de París" concluido el pasado diciembre en el marco de la COP21.

Si bien esta no es una reunión decisiva para la entrada en vigor del acuerdo lo que sí hará es mostrar la voluntad política de los países que estuvieron presentes en París el año pasado. Es decir, aquellos que asistan a la reunión de New York mostrarán la intención de continuar con el texto aprobado.

La etapa importante de las negociaciones es la ratificación del texto que, de acuerdo a una regla aprobada en la COP21, debe ser aprobada al menos por 55 países que a su vez representen el 55% del total de emisiones de CO2.

Grandes dificultades de la organización

Los arquitectos de llevar e impulsar el acuerdo final de la COP21 ya no estarán presentes para su ratificación que según se estima será a mediados de 2017 o 2018. Es el caso de Laurent Fabius, presidente de la COP21 quien tuvo que renunciar y ceder el cargo a Ségolene Royal, ministra de Ecología, energía y del mar. 

Lo mismo sucede con Christiana Figueres secretaria ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, termina su período en julio. Lo mismo sucede con Ban Ki Moon quien durante su gestión como Secretario General de las Naciones Unidas impulsó la lucha contra el cambio climático como una de las prioridades de la ONU.

Incluso, el ministro del Ambiente Manuel Pulgar Vidal, también dejará el cargo en julio de este año. La organización de la COP 21 así como la prensa especializada consideraron su rol de facilitador en las negociaciones, como de gran importancia.

Señales contradictorias de los países

Estados Unidos es el segundo mayor emisor de CO2 del mundo, después de China y en febrero de este año la Corte Suprema de ese país decidió suspender el Plan de Energía Limpia de Obama, pieza clave de la estrategia contra el cambio climático. Esta suspensión se hizo debido a la impugnación de 29 Estados y grupos industriales que estaban en contra de la normativa de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) que pretende recortar las emisiones de CO2 incidiendo especialmente en las plantas de carbón para producir electricidad del país.

Francia actualmente enfrenta un problema debido a la construcción de un aeropuerto en la ciudad de Notre Damme de Landes que ha enfrentado a ambientalistas, políticos y ribereños. Algunos juzgan que la construcción de un nuevo aeropuerto, mucho más grande que el actual y con dos pistas de aterrizaje, podría vulnerar el medioambiente de la zona. Para decidir el futuro de esta cuidad se ha previsto un referendum para el mes de junio. Decisión difícil para Ségolene Royal, ministra del Ambiente en Francia.

Por lo pronto, esperaremos los resultados de esta primera reunión de señales políticas de los estados firmantes del acuerdo de París.