Los medios lo repiten y los franceses lo saben, el atentado del 13 de noviembre que terminó en la muerte de 130 personas en la capital de Francia ha cambiado la vida de este país.

Una de las consecuencias visibles es la presencia militar en las calles, sobre todo en los lugares turísticos. El otro, el que no se ve tan fácilmente, el miedo a acudir a espacios de espectáculos públicos y culturales.

Según un estudio realizado por Prodiss, el 64% de franceses decidió no acudir a ningún espectáculo durante los meses de diciembre y enero, lo que significó un golpe directo al sector que perdió millones de euros. 

El otro golpe consistió en que, como Francia aún se encuentra en estado de emergencia, los locales públicos necesita tener personal de seguridad que revise las pertenencias con las que entra una persona, lo que ha supuesto un aumento en los costos de los espectáculos.

Ante este nuevo problema, muchos espectáculos de pequeña escala han tenido que cancelar sus actividades debido a la falta de presupuesto para garantizar la seguridad. Pese a los 8 millones de euros que el Ministerio de Culture entregó al sector, el dinero no ha podido ayudar a todos.

El público francés y el público turista

Otro de los indicadores que muestra el estudio de Prodiss, es que pese a todo desde inicios de este año los franceses han retomado la costumbre de acudir a actividades de espectáculos.

Sin embargo, el público turista no comparte el mismo sentimiento y ha decidido no visitar Francia luego de los atentados. Los datos muestran que los espectáculos de tipo cabaret, en el que el público turista es mayoritario, han disminuido un 60%.

Mientras que los museos, orgullo de la capital francesa, han perdido el 20% de visitas en este año, aunque las cifras fueron más trágicas luego del atentado de Nisa en el mes de julio de este año.

Mientras la guerra contra el Estado Islámico no se acabe y mientras no se evite que jóvenes franceses de segunda generación se radicalicen, Francia no podrá volver completamente a la normalidad.