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Fitzcarraldo intérpretado por klaus kinski, pelícuka grabada en iquitos entre 1980 y 1981. foto. filmity.

Este es el diario de Werner Herzog mientras rodaba Fitzcarraldo en Iquitos

La revista The Paris Review ha publicado algunas páginas del diario del cineasta mientras graba en la selva peruana.

Publicado: 2016-12-13

A inicios de diciembre de 1980, el cineasta alemán Werner Herzog viajó a la Amazonía peruana para grabar una de sus películas más memorables: Fitzcarraldo, la historia cuenta la quijotesca idea de Brian Fitzgerald (interpretado por el célebre Klaus Kinski) de transportar un barco enorme a través de una montaña para luego ubicarlo en un río cercano. 

La película que fue difundida dos años más tarde fue un éxito rotundo porque mostró los confines hasta los que puede llegar la obsesión del hombre. Y, a la vez, fue un reconocimiento para los peruanos porque fue una de las primeras apariciones en el cine de culto.

Pero, ¿qué pasaba por la mente del cineasta cuando no se encontraba grabando? ¿Qué ideas le suscitaba la Amazonía peruana, tan diferente a Alemania? Herzog dejó sus impresiones más intimas en su diario, estas son algunas de ellas.

Durante el 8 de diciembre de 1980, Herzog escribió esto sobre la selva:

“La selva es obscena. Todo en ella es pecaminoso por ello, pero es justamente por esa razón que el pecado no se muestra como pecado. Las voces en la selva están en silencio, nada está en movimiento, hasta que una ira lánguida e inmóvil se apodera de todo”.

El 18 de diciembre de 1980 en cambio describe su vida diaria y narra su encuentro con una serpiente venenosa:

“Hay una serpiente en mi techo otra vez. Hace un rato escuché crujir algo por ahí y luego algo oscuro cayó de un porrazo entre las hojas de plátano. Eché un vistazo y era una serpiente venenosa de color marrón que acababa de atrapar un pájaro, que aún estaba respirando. Intenté golpear a la serpiente con un palo pero desapareció con la velocidad de un rayo y se perdió en el pasto”.

werner herzog dando indicaciones durante la grabación de la película. foto: dailymail.

En la mayoría de casos, las reflexiones de Herzog están relacionadas con los sentimientos que provoca la inmensidad de la selva en él. Sin embargo, también se pueden encontrar relatos cotidianos y dramáticos como la muerte de un niño que había estado sufriendo toda una noche.

La lluvia en la selva ocupa un lugar central de sus reflexiones, para Herzog existe una fuerza “increíble y poderosa” cada vez que presencia la lluvia caer en la Amazonía.

El 7 de febrero de 1981, ya en la zona de Camisea anota esto:

“Cuando la lluvia se detiene y sólo queda un suave goteo en los árboles, algo parecido a la paz desciende en el alma de uno por unos instantes. Un insecto de tamaño aterrador viene hacia mí. Lejos, en el bosque, las motosierras están trabajando en alguna faena que desconozco. Una lluvia increíblemente poderosa y constante cae sobre la selva. El lenguaje mismo se resiste a llamarlo lluvia. Los arroyos blancos espumosos se forman en la arena a lo largo de la orilla del río, debajo de mi cabaña, y desembocan en el río marrón, que lo arrastra todo y lo lleva todo: troncos de árboles, pedazos de hombres rotos, ahogados, la tierra, los insectos”.

una de las escenas más increíbles, el barco trepante. foto: cineculto.

Algunas páginas de sus diarios pueden leerse en inglés en The Paris Review.


Escrito por

Dánae Rivadeneyra

Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.


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