No ha pasado ni un mes y la presidencia de Donald Trump no deja de arremeter contra las instituciones estadounidenses que cuestionan su propia visión del mundo. Si hace poco se habían eliminado los estudios de “cambio climático” de la página de la Casa Blanca, ahora se han dado varias directivas para silenciar a la comunidad científica de este país. 

Hace unos días BuzzFeed reveló que la administración de Trump había enviado un memorando en el que se pedía a todos los trabajadores del Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés) que no compartan públicamente las investigaciones científicas de sus trabajos.

“A partir de este momento y hasta nuevo aviso, el Servicio de Investigación de Agricultura (ARS, por sus siglas en inglés) no publicará ningún documento (...) Esto incluye, pero no está limitado a, notas de prensa, fotos, datos de comprobación, respuestas a preguntas y contenidos en redes sociales”, dice el memorando al que tuvo acceso BuzzFeed.

El medio recuerda que muchas de las investigaciones actuales del Departamento de Agricultura están centradas en pesticidas, alimentos genéticamente modificados y otros temas sensibles que la administración Trump prefiere no ventilar.

Sin embargo, lo de US DA fue solo el comienzo. Hace un par de días la agencia AP reportó que la nueva administración presidencial fue más lejos y le pidió a la Agencia de Protección del Ambiente (US EPA por sus siglas en inglés) que todos los estudios científicos de este organismo sean revisados por una comisión de políticos que decida si el documento debe investigarse o no.

De esta forma, serán los políticos estadounidenses los que tendrán en sus manos la potestad de determinar si un hecho científico y comprobado merece o no ser conocido por sus ciudadanos.

El sitio I Fucking love Science también reportó que muchas cuentas de Twitter de agencias de investigación ya han sido intervenidas y que están siendo censuradas para no compartir información que contradiga la línea del gobierno.

Ante este escenario que le está cortando el oxígeno a los centros y agencias de investigación, diversos científicos han creado cuentas no oficiales para difundir información científicamente que el gobierno de Donald Trump prefiere evitar.

Uno de los primeros fue la versión alternativa del Servicio Nacional de Parques, luego fue el turno de la versión alternativa de Agencia de Protección del Ambiente, el Departamento Nacional del Clima, el Departamento de Salud y finalmente la versión rebelde y alternativa de la NASA: Rogue NASA.

Como estas cuentas no están ligadas a organizaciones federales, el gobierno de Trump no puede impedirles su difusión y tampoco puede presionar a quiénes están detrás de las publicaciones porque no son trabajadores federales.

Las principales investigaciones que están compartiendo estas cuentas en redes están relacionadas con estudios que confirman la existencia del cambio climático y las inminentes amenazas para la salud y el medio ambiente. Además, se está organizando una marcha de científicos para el mes de marzo.