La candidata de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, sigue liderando las encuestas para las elecciones presidenciales que se realizarán a fines de abril en primera ronda y que se decidirán a inicios de mayo. Si Le Pen gana, todo indica que sería el fin de la Unión Europea y la vuelta de los gobiernos conservadores y nacionalistas europeos. 

Según las últimas encuestas reveladas por IFOP-Fiducial, Le Pen tiene el 24% de la votación, mientras que François Fillon, candidato de derecha del partido Los Republicanos, tiene el segundo lugar con un 21%. En tercer lugar aparece Emmanuel Macron, candidato de centro pero que fue parte del gobierno de François Hollande, actual presidente de Francia, con un 20%. Y en cuarto lugar, el candidato del Partido Socialista, Benoît Hamon, con un 18%.

Oficialmente Marine Le Pen presentó el programa de su partido Frente Nacional el último sábado en el que reafirmó su plan de transformar de sacar a Francia de la Unión Europea, lo que se conoce como el Frexit, para acabar con la “tiranía europeísta”.

"Al quedarnos en el euro, se están paralizando nuestra economía, se mantiene el desempleo masivo y se dotar a la UE de la palanca para imponer sus puntos de vista, sus directrices ineptas, sus millones de migrantes".

Como Donald Trump, el discurso de Marine Le Pen está alimentado por el rechazo hacia los inmigrantes, hacia los extranjeros, que van a Francia a “imponer” sus valores culturales. En este punto la candidata de ultraderecha suele enfocar sus críticas hacia las personas de origen árabe e islámico.

"No hay y no habrá otras leyes y valores en Francia que el de los franceses. Aquellos que llegaron a Francia deben venir a encontrar esta Francia, no para transformar la imagen de este país. Porque si querían vivir como en casa, sólo necesitaban quedarse en casa".

Otro de los puntos más criticados por los medios de comunicación, pero que fueron ovacionados por sus seguidores durante el mitin, fue la propuesta de crear un impuesto sobre la contratación de trabajadores extranjeros. Así, Le Pen quiere asegurarse que las empresas contraten casi exclusivamente a los franceses.

En su plan de promesas se asegura que se incluirá un impuesto de la contratación a los trabajadores extranjeros, con el fin de asegurar la prioridad nacional de los franceses en el empleo. Como el presidente americano, Le Pen conserva un discurso populista que asegura que los extranjeros se llevan el trabajo de los franceses.

“Yo defenderé firmemente el trabajo. Queremos un país que por fin reconozca el trabajo, ya que la primera medida social es dar un trabajo a todos los franceses", aseguró en su mitin en la ciudad de Lyon.

Pese al discurso proteccionista y nacionalista, la ultraderecha francesa se mantiene primera en las preferencias electorales. Su destino tendrá una gran influencia en el destino de la Unión Europea y en el de miles de personas que viven en este país.