Aunque algunos no lo crean, las trabajadoras del hogar también tienen derechos y deben ser respetados
El principal problema es que muchos empleadores consideran que las trabajadoras del hogar no realizan un "trabajo", y por lo tanto, no tienen derechos ni beneficios.
Hasta hace unos años, las trabajadoras del hogar laboraban en condiciones informales y muchas veces humillantes. Se les obligaba a usar un uniforme, se les negaba el derecho a las vacaciones y no se les pagaba siquiera el sueldo mínimo vital. Es decir, no se consideraba su trabajo como un trabajo.
Ante esta realidad y para evitar que más mujeres laboren en condiciones precarias e ilegales, se ha creado la página “Trabajadoras como tú”, una plataforma que ofrece información sobre las leyes que protegen a las trabajadoras del hogar.
"Somos el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de la Región Lima que difundimos nuestros deberes y derechos. Nuestro anhelo es que la sociedad valore el trabajo en el hogar y que haya una relación de armonía y respeto entre quienes prestamos el servicio y los empleadores".
Se detalla cuál es el Compensación por Tiempo de Servicio (CTS) que le corresponde, los días de descanso por Maternidad a los que tienen derecho, el marco internacional que vela por las trabajadoras del hogar y la ley contra el acoso sexual.
También se pueden encontrar respuestas a las preguntas más comunes que rodean el trabajo del hogar: ¿se tiene derecho a un contrato, a gratificaciones, a una jubilación, a un seguro de salud? El objetivo es claro: mostrar que este trabajo es exactamente igual que cualquier otro; y por tanto, merece el mismo trato del empleador.
Y este es el principal problema de las trabajadoras del hogar: el empleador. Muchos de ellos aún no las conciben como una persona que realiza un trabajo, sino como alguien que “ayuda en la casa”. Esta práctica de herencia colonialista se evidencia en los abusos y el maltrato que algunas de ellas experimentan, los testimonios que los confirman son abundantes:
“Trabajé por 12 meses pero solo me pagaron 3 meses y en partes. Me quedaba porque me debían y porque prometían pagarme”, recuerda Consuelo de 52 años.
“Trabajé por 10 años y nunca recibí vacaciones, pero ahora sé que existe una ley que me ampara”, cuenta Lucía de 30 años.
La plataforma fue realizada por trabajadoras del hogar que quieren difundir los derechos y deberes a los que tienen acceso. Además, ofrecen asesoría y representación ante desacuerdos laborales o problemas legales.
Escrito por
Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.