¿Por qué los países más desarrollados no hacen mucho por detener la hambruna histórica en Sudán del Sur y Yemen?
En la última reunión de países desarrollados se evidenció que los países del G7 están más interesados en sus problemas que en el de los países necesitados.
Ha pasado más de un mes desde que la ONU advirtió de la hambruna masiva que se estaba desatando en los países de Yemen y Sudán del Sur y hasta el momento la ayuda de los países desarrollados, conocidos como G7, es muy escasa por lo que el problema solo se agrava cada día más.
Las cifras solo de lo que pasa en Yemen son terribles: 2.2 millones de niños sufren una desnutrición y medio millón una desnutrición severa por lo que sus vidas podrían apagarse en poco tiempo si es que no reciben la comida que necesitan.
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Según cálculos de la ONU, se necesitan 2.100 millones de dólares para aliviar la falta de alimentos en Yemen y hasta el momento solo se ha logrado conseguir la mitad mediante donaciones y eventos caritativos.
Sin embargo, si se suman a los otros países de la región que también están siendo golpeados por la hambruna, como Sudán del Sur, Somalia y Nigeria, el monto se eleva a 2.9 billones de dólares.
"Nuestro mundo de la abundancia se enfrenta hoy a cuatro hambrunas sin precedentes: si los líderes del G7 viajaran a cualquiera de estos cuatro países, verían por sí mismos cómo la vida se está volviendo imposible para tanta gente: muchos ya están muriendo de dolor y de hambre extrema", dice en un comunicado Oxfam.
¿Pero, por qué el G7 no toma medidas reales contra esta crisis humanitaria?
En primer lugar los países miembros como Alemania, Francia, Estados Unidos, Italia, Canadá, Japón y Reino Unido están más concentrados en manejar sus propios problemas políticos como los acuerdos comerciales, la migración y el acuerdo climático, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece querer abandonar.
"Se ha dado la extraña circunstancia de que nunca una Cumbre del G7 ha estado tan cerca de África pero al mismo tiempo nunca ha prestado tan poca atención a este continente, pese a que se había invitado a cinco países africanos", dice Friederike Röder, directora de la ONG One Campaign.
Otro factor importante es el político. Uno de los países que participa en la guerra contra Yemen desde el 2015 es Arabia Saudita, aliado importante de varias potencias del G7 en el Medio Oriente. Por lo que varios países habrían suavizado sus críticas contra esta guerra que ocasiona la hambruna.
Pero además, Oxfam alertó que existe también un factor económico porque algunos países del G7 están vendiendo armas en los conflictos que arrastran estos países, sobre todo en el caso de Yemen, lo que desde luego alarga la duración del conflicto.
“En Yemen, varios países, incluidos los miembros del G7, continúan suministrando armas, municiones, equipo militar, tecnología o apoyo logístico y financiero para la acción militar que contraviene las reglas de la guerra”.
Por ello, las organizaciones humanitarias piden que, además de financiar la ayuda solicitada por la ONU, el G7 ejerzan presión sobre sus aliados para forzar el fin de la guerra y los conflictos en la zona, o al menos que garanticen una tregua que permita crear corredores de ayuda humanitaria para llevar comida a los niños. Se calcula que en Yemen cada diez minutos mueren un niño por causa de esta conflicto.
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Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.